La quema de / The Destruciton of Yurakrumi >
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The White Rock
As a sculpture it was magnificent. Carved from the natural rock, it was asymmetric and impossible to photograph without reducing it. (Hugh Thomson)
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Vitcos: The Last Inca Capital
The surroundings are impressive. Densely wooded hills rise on both sides. It is a secluded spot, well calculated to impress the imagination of the worshippers. There seems to be no doubt that this was a sacred place. (Hiram Bingham)
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Every time I come to Yurakrumi -The White Rock- I curse Fray Diego.
We are standing besides the enormous boulder, an artifact that seems out of this world.
Half an hour ago, we explored Vitcos; the Palace of Manco Inca and the exact place were he was stabbed to death.
I resent the fact that circa 1570 Titu Cusi had allowed Fray Diego to live within the boundries of Vilcabamba, the Inca Empire in Exile.
A couple of decades before, at his death bed, Manco Inca -his father- had warned him not to trust the invaders.
Manco had protected and befriended seven Almagristas who, having fled the Pizarros, ended up in Vitcos.
He was fatally stabbed by those same wretched men.
Titu, a youngster, witnessed the scene and managed to escape.
Why allow another Christian into his llacta?
I take comfort in believing it was a strategic act—perhaps to manipulate them into thinking he would agree to baptism.
They say Titu and Fray Diego Ortiz were very close friends.
Who knows.
What is certain is that not long after the friar burnt down the temple of Yurak Rumi, the exact same place were we are now standing, the young Inca was found dead outside his house nearby.
His captains blamed Ortiz and demanded that he bring him back to life.
When he failed, they tortured him and killed him by driving a chonta spear up his rectum.
They buried him face down so he couldn’t look to the heavens begging his god for help.
The Catholic Church, proud of the deed, now hails him as a proto-martyr.
Titu Cusi dead, Sayri Tupac in Yucay—only Tupac Amaru I remains in Vilcabamba.
But that is another story.
Castellano:
Yurakrumi: la Roca Blanca
Como escultura, era magnífica. Tallada en la roca natural, era asimétrica e imposible de fotografiar sin reducirla.
(Hugh Thomson)
Vitcos: La última capital inca
Los alrededores son impresionantes. Colinas densamente arboladas se elevan a ambos lados. Es un lugar apartado, bien pensado para impresionar la imaginación de los adoradores. No parece haber duda de que este fue un lugar sagrado. (Hiram Bingham)
Cada vez que vengo a Yurakrumi —La Roca Blanca— maldigo al Fray Diego.
Estamos de pie junto al enorme peñasco, un artefacto que parece de otro mundo.
Hace media hora exploramos Vitcos: el palacio de Manco Inca y el lugar exacto donde fue apuñalado hasta la muerte.
Me indigna el hecho de que, hacia 1570, Titu Cusi hubiera permitido que Fray Diego viviera dentro de los límites de Vilcabamba, el Imperio Incaico en el exilio.
Un par de décadas antes, en su lecho de muerte, Manco Inca —su padre— le había advertido que no confiara en los invasores.
Manco había protegido y se había hecho amigo de siete almagristas que, tras huir de los Pizarro, recalaron en Vitcos.
Fue apuñalado fatalmente por estos miserables.
Titu, entonces un niño, presenció la escena y logró escapar.
¿Por qué permitir la entrada de otro cristiano a la llacta?
Me consuela pensar que fue un acto estratégico —quizás para hacerles creer que aceptaría el bautismo- mientras ganaba tiempo para reforzar su ejército.
Dicen que Titu y Fray Diego fueron buenos amigos.
Quién sabe.
Lo cierto es que no mucho después de que el fraile incendiara el templo de Yurak Rumi —el mismo lugar en el que ahora estamos parados— el joven Inca fue hallado muerto en los alrededores.
Sus capitanes culparon a Ortiz y le exigieron que lo devolviera a la vida.
Al no poder cumplir, lo torturaron y lo mataron introduciéndole una lanza de chonta por el recto.
Lo enterraron boca abajo para que no pudiera mirar al cielo y suplicar a su dios por ayuda.
El padre Calancha, orgulloso, lo proclama como proto-mártir de América.
Titu Cusi muerto y Sayri Túpac en Yucay —solo queda Túpac Amaru I en Vilcabamba.
Pero esa es otra historia.